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abía que era un berrinche total salir así de mi casa casi como si fuera una típica serie de televisión cuando la rebelde adolescente decide escaparse de casa. Tenía claro que era una reacción de lo menos madura y sensata pero sabía también que debía despejar mi mente y lo que más deseaba era salir un rato de esa burbuja en la que estaba. Y no volvería después de las 12 ya que no sólo Cenicienta tenía límites en cuanto a las horas de salir. Y menos de la forma en que lo hice.
Pensé inmediatamente en ir a la casa de las mellizas Austen ya que después de mi hogar era el segundo lugar en que más cómoda y segura me sentía. Marqué rápidamente al número de la casa de mis amigas y lo puse en altavoz.
- ¿Si? –atendió Alison.
- ¡Ali! Qué bueno que eres tú, dime, ¿puedo ir a tu casa?
- ¡Charlie! Sí, claro, estamos Alex y yo acá en la cocina terminando de cenar, ¿qué pasa, cuál es la prisa?
-Em…te contaré al llegar allá. Llego en cinco.
-Ok, nos vemos.
Toda la familia “A” me recibió como siempre, afectuosa y alegremente. La pequeña Anastasia ya iba a cumplir un mes y estaba creciendo en perfecta salud.
- ¿Y qué te trae por aquí que has estado tan desaparecida? –me preguntó las madre de mis amigas, la cual yo había adoptado como madre, bueno, confesándolo, me apoderé de toda la familia Austen al estar mucho tiempo desde pequeñas junto a todos.
- Sólo quería pasar a verlos a todos. –dije riéndome. –Aparte, Anastasia ya cumple un mes y yo apenas la he visto. He sido una pésima hermana mayor.
Todos se rieron.
- Bueno, nosotros ya subiremos a dormir. Así que las dejaremos chicas, y por favor, les pido que no incendien la casa mientras dormimos. –nos molestó el papá de Ali y Alex.
- Charlie, si quieres quédate a dormir, hace mucho que no venías.
- Gracias, Señora Austen.
- De nada cariño. –dijo y se fueron a dormir.
- Ahora sí Charlie, dinos qué te picó para que vinieras tan tarde a molestarnos. –me molestó Alison.
- Bueno si no quieres que esté aquí, me puedo ir. –dije siguiéndole el juego y tomando mis llaves y levantándome del sofá.
- No, no, no, no, no, no. Quédate, ¿sí? –me dijo sentándome a la fuerza Alison. Nos reímos mientras Alex venía de la cocina con unas palomitas de maíz y luego se sentó con nosotras.
Suspiré.
- Es solo que… ¡Ah! No soportaba más estar en casa. ¿Acaso todos los hombres son bipolares? –les pregunté.
- ¿Te refieres a Edmund Cooper? –infirió Alex.
- No, bueno, él es un vivo ejemplo; pero, me refería a mi papá. –me miraron como para que continuara. –digo, se acuerdan lo que les dije acerca de mis papás con la familia Cooper, ¿no? –asintieron. –Bueno, ahora que Cooper acaba de ir a cenar a casa, llegando a hora, siendo respetuoso y todo lo de “niño bien” que simula mi padre ahora se viene a quejar porque viene seguido y en un día de semana. Aparte, no fue tan agradable ni amistoso con Cooper como antes. Cuando él era el más entusiasmado con esto, y ¿qué dice? Es viernes, aparte se fue como a las diez. –tomé aire y luego lo boté. Realmente necesitaba desahogarme. –No entiendo qué es lo que quiere.
- Yo creo que se arrepintió de haberte hecho salir con él, ya que ahora es algo real. –la miré feo por lo último que dijo. –digo, real para él. .
- No, estás equivocada Ali, -la contradijo Alex. -yo creo que ahora que ve que ustedes se está llevando bien bien en tan poco tiempo, teme que su niñita se aleje de él. Cómo le pasa a casi todos los padres. Piensa Charlie, eres su única hija, me refiero a mujer, y siempre has sido sus ojos. No es que justifique el que haya sido poco amistoso con Edmund, pero igual es comprensible. –concluyó.
Mirándolo del lado que Alex explicaba, podía llegar a entenderlo, un poquito.
Luego de terminar con el tema, hablamos sobre mil cosas sin importancia y nos reímos a carcajadas viendo unos videos de cuando teníamos ocho años más o menos. Habíamos cambiado bastante pero al mismo tiempo estábamos iguales. Era muy difícil de explicarlo, pero me recordó momentos tan simples y divertidos. Solíamos jugar con cualquier cosa y a reírnos de todo aunque también solíamos pelear más y derramar lágrimas y palabras sin sentido. Me hizo bien pasar un tiempo con mis amigas. Más que amigas las mellizas eran como las hermanas que nunca tuve, si sé que Justin era mi hermano pero me refiero a hermanas mujeres. Y por lo mucho que nos conocíamos y la confianza y complicidad entre las tres.
Cerca de las doce emprendí rumbo a casa. No llegué como un perro con la ola entre las patas sino que más calmada y serena. Ahora comprendía más o menos de adonde venía aquél comportamiento de John, pero no por eso dejé que su conducta dejara de molestarme.
3 comentarios:
:O Me encantoo el capitulo!
Ya quiero saber quien es el pobre chico!
Aunque soepecho de alguien jeje
De verdad me gusto mucho el capitulo!
Espero que publiques muy pronto!
cuidate! besos :D
AHHH! Me encantoo
Te voy a matar!
No puedo creer que lo hagas
tan cortos y encima de esoo
nos dejas con las ganas!
publica prontoo (:!
Ya se hace tiempo que no comento hasta no se si te acordaras de mi jeje No se si prefiero que sea Jesse o Edmund no se cual es peor porque m eencanta los dos es una dificil elecccion. Pero que le vamos la eleccion dificil la tomas tu xD.
Así que aqui te dejo mi huellita que hace tiempo que no te la dejaba.
Besos!
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